lunes, 12 de marzo de 2012

LA MUDANZA

Aquella mañana, después de pasar la noche al sereno en un carrasco, todas apretujaditas, dándonos bien la mano, sin dejar de proteger a la reina ni un solo instante, sintieron que su recién estrenada jefa las indicaba dónde deberían instalarse en su nuevo hogar. Se oía un murmullo de júbilo entre todas, pero poco a poco se fueron desperezando y partiendo a sus obligaciones en la nueva colmena. Al principio todas se dedicaron a limpiar, la colmena había estado vacía y hacía falta una limpieza a fondo, mientras que la reina se dedicaba a inspeccionar el próximo lugar para empezar a poner huevos inmediatamente.

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