martes, 22 de julio de 2008

REALERAS


Algo raro se mascaba en el ambiente, el sonido que salía de la colmena no era como siempre, estábamos intranquilas, con un hablar ronco y nervioso. De pronto vimos cómo asomaba su cabeza por la celda real que ya había roído antes. Desperezó los ojos y sacó primero dos patitas, notó el aire fresco, vió a toda las abejas pendientes de ella, eso le dió fuerza para salir del todo. ¡Era preciosa! una reina brillante y bonita como ninguna otra, y su olor....mmmm, un dulce olorcito a nuevo que nos hizo ir corriendo a acurrucarnos con ella. Ahora se oía rubor feliz en la colmena.

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